“La Real Academia Española se percató hace un tiempo de que, en muchas ocasiones, en Argentina se hacía un mal uso de la palabra ‘procrastinar’, que significa aplazar o posponer algo. Erróneamente escribían el término como ‘procastinar’, algo que se habría generalizado, causando bastantes dudas sobre cómo se deletreaba realmente.” Fuente: https://www.lavanguardia.com/cultura/20190922/47546777711/procrastinar-duda-rae-twitter.html.
Es una palabra tan difícil de pronunciar, que cualquiera de nosotros, al escucharla, pudiera pensar en alguna de esas expresiones vulgares, que están hoy de moda en nuestros barrios.
Nada más lejos de la verdad, ella se refiere a aquellos seres humanos que tienen como una especie de manía, que los obliga a postergar cosas importantes que deben realizar. Es hacer todo lo contrario de un refrán que exhorta a “no dejar para mañana, lo que tenemos que hacer hoy”.
Quienes padecen de este mal hábito, tienden a no priorizar las cosas que son realmente importantes, y arropados por una especie de flojera, empiezan a postergar y a acumular cosas, generalmente sin organizarlas en el orden correspondiente, y, en muchas ocasiones, se ven tan agobiados que la vida se les convierte en un verdadero caos.
Si te has dejado envolver en ese círculo peligroso, algunas recomendaciones, más un régimen de disciplina, entendiendo que debes atacar a un enemigo, pueden ayudarte:
-Organiza adecuadamente tu tiempo, sal de tu zona de confort.
-Coloca las tareas pendientes en orden de importancia, esto puede ayudar a distribuir el tiempo que debe dedicarse a cada una.
-Concéntrate adecuadamente, eliminando cualquier elemento que pueda distraerte.
Convierte estos consejos en una regla.
Finalmente, si logras lo propuesto, puedes recompensarte por el esfuerzo desplegado. Debes tener siempre presente, que procrastinar, nos hace quedar mal frente a los demás, puede contribuir a que perdamos credibilidad. Convirtamos esta palabra tan fea, en un enemigo que estamos obligados a derrotar.
Por Epifania de la Cruz (epifaniadelacruz@ gmail.com / www.renacerparatodos.net)
*La autora es psicóloga clínica