Una pareja compartía de forma muy amena viendo una escena de una película, de repente, entró a escena un actor negro cuyo rostro es muy conocido, especialmente para una persona, que, sin ser una experta en cine, este es uno de sus grandes favoritos.
El marido, con toda la propiedad del mundo, afirmó que ese actor era Denzel Washington, la esposa, algo confundida, dice que no se le parece, él insiste y con la arrogante seguridad del que tiene la verdad en sus manos, se incorpora y, a cierta distancia, le dice: ¡Te lo dejo de tarea!… Claro que ella interpretó la orden e hizo lo siguiente:
Primero, consultó con su hijo, quien en materia de cine siempre está al día, le envió una foto del actor, tomada directamente del televisor, y como la respuesta tardó en llegar, buscó el nombre de la película en la casa de papá Google… Y, ¡Oh sorpresa!, el actor era nada más y nada menos que Anthony Mackie.
Moraleja: Cuando creemos tener la razón sobre un tema en particular, especialmente si este no es nuestro fuerte, nunca debemos adoptar la postura del genio sabelotodo, es bueno dejar una pequeña brecha a la equivocación, y con toda la humildad del mundo invitar a la otra persona a que juntos visitemos la casa de ese maestro que siempre está dispuesto a orientarnos: Papá Google.
Por Epifania de la Cruz (epifaniadelacruz@ gmail.com / www.renacerparatodos.net)
*La autora es psicóloga clínica