Estoy leyendo un libro exquisito que se llama La paradoja del chimpancé, cuyo autor es el Dr. Steve Peters. El mismo es un premio que me dio la vida por realizar el pasado curso de Programación neurolingüística.
Dentro de las tantas cosas que he aprendido, está cómo el autor aborda el concepto de disposición mental, explicando que este define el modo en que abordamos la vida, lo cual está muy influenciado por la visión que tenemos de nosotros mismos, de los demás y del mundo.
De forma muy sencilla explica lo que él llama disposición mental de Blancanieves, refiriéndose a que quienes la padecen tienen como uno de sus propósitos, conseguir que los demás piensen que están en deuda con ellos, sienten que son verdaderos héroes, siendo más frecuente en las mujeres que en los hombres.
Si se les contradice, tienden a ponerse agresivos y acusadores, lo que hace que resulte imposible manejarse con ellos.
Como sentía que había oído algo con relación a este tema, busqué en papá Google y aprendí que el síndrome de Blancanieves fue creado por la psicóloga estadounidense Betsy Cohen, con la finalidad de identificar a personas de mediana edad que sufren distorsión de su imagen, viéndose así mismas decaídas física y emocionalmente.
Ambos estudiosos coinciden en que es más frecuente en las mujeres que en los hombres, pero la psicóloga afirma además que se presenta a partir de los 40 años.
Una de las formas que caracteriza este síndrome en los hombres, es la preocupación excesiva por la aparición de las “patas de gallo” en el rostro, la calvicie, las canas y la panza que representa el paso inexorable del tiempo, tratando estos de manera desesperada de conseguir cambios en el cuerpo mediante los ejercicios desesperados.
Me resultó fascinante cómo ambos profesionales abordaron este tema, y cómo resulté ganadora de uno de los mejores premios: el aprendizaje obtenido a través de la lectura.
Por Epifania de la Cruz (epifaniadelacruz@ gmail.com / www.renacerparatodos.net)
*La autora es psicóloga clínica