Siempre me he preguntado, si los actores, al momento de encarnar un personaje, experimentan sufrimiento. Este pensamiento se agigantó en mi mente, luego de presenciar la excelente actuación de nuestra gran actriz, Lumi Lizardo, cuando, de manera magistral, interpretó el papel de Fefita, en la película “La grande”, que narra la vida de nuestra gran merenguera.
Al indagar sobre el tema, descubrí que, aunque no es una regla que se aplique a todos, se han registrado varios casos de algunos actores, cuyas vidas se han transformado negativamente, luego de interpretar algún personaje, inclusive, hay casos en los cuales han quedado marcados para siempre.
A continuación, mostramos algunos ejemplos de una extensa lista de actores famosos, a quienes, una interpretación magistral, marcó un antes y un después en sus vidas, tanto pública como privada:
Fuente:https://www.lanacion.com.ar/espectaculos/actores-trastornados-sus-personajes
Adrien Brody, El Pianista
Asumió el papel con el que ganó el premio Oscar, y se quedó tan metido en el personaje, que esto le obligó a tomar decisiones drásticas en su diario vivir, y durante más de un año, tuvo que luchar con una severa depresión.
Linda Blair, El Exorcista
Luego de su interpretación en esta película, dijo que su vida se convirtió en una pesadilla, se vio involucrada en el uso de alucinógenos, y jamás fue contratada para interpretar personajes diferentes, como ella siempre soñó.
Janet Leigh, Psicosis
La escena interpretada en el baño, la marcó para siempre, de tal forma, que aún siente que puede ser asesinada mientras se baña, y mientras se está duchando, se cerciora de encerrarse totalmente, y siempre se mantiene mirando hacia la puerta.
Esto no significa que siempre ocurra a todos los actores, ya que, previo a sus actuaciones, reciben una serie de entrenamientos especiales que los facultan para desempeñar un determinado papel, pero si hay muchos que se podría afirmar que se sumergen tanto en una determinada actuación, que después, no pueden volver a su realidad. Algunos lo logran, pero otros, realmente, se quedan viviendo dentro del papel.
Por Epifania de la Cruz (epifaniadelacruz@ gmail.com / www.renacerparatodos.net)