Analice usted la definición de la palabra «subliminal», y se dará cuenta de lo que voy a plantear en este artículo: Dicho de un estímulo que por su debilidad o brevedad no es percibido conscientemente, pero influye en la conducta.
Esto a propósito de un decreto (el 377-23) emitido por el presidente dominicano Luis Abinader, hace apenas cuatro días donde designa de manera honorifica al próspero empresario Miguel Andrés Santiago Infante, como asesor del poder ejecutivo en materia de relaciones del Gobierno con la diáspora dominicana en los Estados Unidos de América para asuntos de comercio.
Desde mi óptica lo que veo entre otras cosas es, más que un mensaje es una certificación de amistad y admiración que tiene el presidente con el empresario que además es un precandidato a diputado por la circunscripción uno del exterior y que en la campaña pasada el primer mandatario quedó en deuda con él, con algo que no queremos tocar por el momento.
Veo también que el mensaje es claro para otros aspirantes a diputados por la misma circunscripción, que no tienen nada que buscar, aunque digan que pueden ganar una convención de padrón cerrado, porque en caso de lograrlo, serán un fiasco para el partido y una posible candidatura de Luis, ya que no aportarán votos y mucho menos plata para la campaña etiquetada reeleccionista.
Creo que el mensaje está claro, estuvo demostrado en la cena de Gala del desfile, cuando el empresario Miguel, se le acercó al presidente sin ningún inconveniente, se saludaron como viejos amigos y posaron para las cámaras que allí estaban, creándose una incertidumbre entre quienes no pudieron llegarle al primer mandatario.
Ya se están tejiendo conjetura alrededor de la precandidatura del empresario salcedense, y no es para menos, porque es de los pocos aspirantes que no tiene tasa de rechazo dentro del PRM ni en la comunidad que al igual que otros, desde su fundación viene haciendo una labor encomiable a favor de los suyos.
Les aseguro que si no fuera por el sistema que se va a emplear para escoger candidatos, el presidente Luis Abinader, lo señalaría, por la amistad, por el trabajo que hizo en la campaña pasada, por los aportes económicos, y por la deuda contraída.
El mensaje fue claro y el que no lo entienda, se lo dejo de tarea.
Por Víctor Gómez
*El autor es periodista y locutor. Reside en Nueva York