El continente africano no obstante sus enormes recursos naturales y cuantiosas riquezas minerales es la región más pobre del planeta, acogiendo el 33% de la población pobre del mundo, lo que hace que esta gran población en estado de pobreza viva en África en difíciles condiciones, región con la esperanza de vida más baja del mundo y donde un cuarto de su población sufre de una aguda desnutrición.
África con una superficie de más de 30.3 millones de kilómetros cuadrados, lo que representa alrededor del 6% de la superficie del mundo, con una población de 1,200 millones de habitantes, distribuidos en 55 estados, ha sido una región explotada durante mucho tiempo por las potencias coloniales, lo que ha contribuido a que la pobreza en África siga siendo la más grave del mundo.
la situación de indigencia en que viven millones de personas en el continente africano es debida a diversos factores políticos, históricos, geográficos, económicos, entre ellos la continua inestabilidad política, como consecuencia de los siglos de colonización por parte de Europa, lo que ha afectado la organización social de la población y aumentado los conflictos que sufren hoy los países del continente.
Asimismo, África se ha visto afectada por grandes epidemias como la enfermedad del Ébola, el SIDA y la malaria, que constantemente amenazan a su población y forman un ciclo que se retroalimenta: los más pobres son los más afectados por las epidemias, pues no disponen de acceso a los servicios básicos de salud esenciales, lo que ha afectado la capacidad productiva de los países africanos.
Además, algunas regiones del continente son susceptibles a los choques climáticos como las inundaciones que ocurren en África meridional y las graves sequías de la región del Sahel y del Chifre de África. Los desastres naturales afectan la producción de alimentos, poniendo en riesgo no solo la seguridad alimentaria y nutricional de la población africana, sino también su producción agrícola.
De todas estas graves situaciones hay que destacar la deuda externa de los países africanos que, según la Comisión Económica para África de Naciones Unidas, va en aumento y ha sido mayor que el 30% del PIB desde 2010, en la actualidad esa deuda supera los US$800,000 millones, por lo que casi todos sus ingresos tienen que destinarlos al pago de intereses por la deuda.
De acuerdo con un estudio realizado por el Fondo Africano de Desarrollo, durante las dos últimas décadas, el gasto por la devolución de los préstamos por países endeudados fue mayor que la inversión realizada en la salud y la educación, lo que constituye un grave freno al desarrollo y progreso del continente africano y una cruel condena a vivir en condiciones de pobreza y marginalidad, a millones de personas.
Todos estos señalamientos lo hacemos para destacar la importancia de la propuesta que ha hecho el presidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva, quien planteo que, “el Fondo Monetario Internacional (FMI) transforme la enorme deuda de los países africanos en obras de infraestructura, para que puedan crecer y pagar posteriormente sus obligaciones”.
“Es verdad que el continente africano es de mucha pobreza”. Y el problema es que casi todos los países le deben mucho al FMI y la cantidad de intereses que pagan les impide invertir en cualquier otra cosa”, Lula afirmó que, “pese a su pobreza, los países de África tienen un gran potencial de crecimiento, principalmente en la agricultura, pero no tienen esa oportunidad debido al enorme endeudamiento que los agobia”.
La realidad de África es muy dura y dramática, después de dos años de pandemia, la recuperación de la región no obstante algunos esfuerzos que se han hecho siguen estancados en medio de múltiples desafíos como las consecuencias de la COVID-19, la inseguridad alimentaria, la inflación mundial, las conmociones climáticas, los conflictos políticos internos y la brutal colonización de sus territorios.
Mucha razón a tenido el presidente Lula en sus esfuerzos por lograr un mejor trato de los organismos financieros internacionales, para el continente africano, ampliamente explotado y saqueado por las potencias colonialistas, al punto de que, si no se toman medidas serias, se podría llegar a situaciones extremas y dramáticas como una hambruna y el peligro del aumento de la inestabilidad política.
África que contiene un tercio de todas las reservas minerales del mundo, como minas de diamantes, yacimientos de petróleo, gas y otros minerales como: bauxita, manganeso, níquel, platino, cobalto, radio, germanio, litio, titanio, fosfatos y un gran número de recursos naturales, necesita la mano solidaria y un apoyo fraterno para hacer sostenibles y suficientes los esfuerzos por reducir la pobreza y la desigualdad.
Por Luis Fernández
*El autor es político, escritor y comunicador