Santo Domingo.-El destituido ministro sin cartera para Políticas de Integración Regional, Miguel Mejía, reveló que en varias oportunidades presentó su renuncia al presidente Luis Abinader, aunque esta nunca fue aceptada. La declaración surge tras su destitución oficial mediante el Decreto 8-25, fechado el pasado 9 de enero.
Mejía dijo que su mayor satisfacción es que su desvinculación del cargo no obedece a ninguna irregularidad en el manejo de fondos públicos ni a conductas reñidas con la ética. Según expresó, su salida del gobierno responde a «la defensa de principios» y no se limita exclusivamente a su postura sobre el tema de Venezuela.
A través de una declaración pública, el exministro indicó que durante su gestión cuestionó de manera sistemática la actuación de funcionarios en sectores clave como el eléctrico, energético, la política exterior, el equipo económico y una parte del Ministerio Público. Estas críticas, inicialmente transmitidas al mandatario en privado, se hicieron públicas ante lo que describió como «indiferencia presidencial».
Dijo que ante tantas irregularidades y desaciertos que afectan directamente el desarrollo y la soberanía del país, no podía hacerme cómplice con el silencio, justificando su postura crítica y su limitada participación en la vida activa del gobierno.
Mejía explicó que, por respeto personal al presidente Abinader, a su familia y a la memoria de su padre, nunca hizo público que había presentado su renuncia en más de una ocasión. Añadió que, pese a permanecer en el cargo, no realizaba actividades en su oficina del Palacio Nacional, limitándose a cumplir tareas específicas encomendadas por el presidente en el ámbito nacional e internacional.
“Considero que el presidente pudo haber evitado emitir el decreto y, sencillamente, haber dado curso a mi renuncia”, expresó
En un tono simbólico, Mejía adelantó que solo se llevará de su oficina un cuadro del patricio Juan Pablo Duarte, obsequio del pintor Miguel Núñez, y enmarcará el decreto de su destitución junto a una fotografía de José Rafael Abinader, a quien describió como un patriota y amigo cercano.
“Este hombre fue anti trujillista, estuvo al lado de Caamaño en la guerra de abril del 1965, muy amigo del profesor Juan Bosch. Ese legado yo lo reivindico en honor a su memoria. Si otros no lo hacen la historia los juzgará”, afirmó, en alusión al padre del presidente.
Miguel Mejía reconoció que su destitución no fue inesperada, atribuyéndola a presiones internas y externas, incluidas ciertas influencias internacionales. Sin embargo, calificó la decisión como «una condecoración», destacando que continuará defendiendo sus principios con firmeza.
El dirigente político también recordó que su partido, el Movimiento Izquierda Unida (MIU), no participó en las elecciones de 2024 y que su presencia en el gobierno no fue producto de un acuerdo político, sino de un vínculo familiar y personal con la familia Abinader.
“¿Es honroso seguir formando parte de un gobierno con todos estos elementos que hemos venido señalando? Me han condecorado”, concluyó Mejía, reafirmando su compromiso con los valores que lo han caracterizado durante su trayectoria pública.
Por Roberto Tiburcio