El cáncer de ovario, el octavo más común entre las mujeres a nivel mundial, sigue siendo un desafío en República Dominicana, donde una vez que la enfermedad reaparece, rara vez es curable.
En República Dominicana, 144 mujeres son diagnosticadas anualmente con cáncer de ovarios, y 89 de ellas pierden la vida, según datos recientes de la Organización Mundial de la Salud.
Este tipo de cáncer es el octavo más común entre las mujeres a nivel mundial, debido a que suele diagnosticarse en etapas avanzadas. Aumentar la concienciación sobre los factores de riesgo y los síntomas tempranos es clave para mejorar las tasas de supervivencia y la calidad de vida de las mujeres afectadas.
Factores de riesgo y síntomas del cáncer de ovario:
El cáncer de ovario se caracteriza por un crecimiento anormal de células en los ovarios, que se multiplican de manera rápida y pueden invadir y dañar tejidos sanos.
En el caso del cáncer de ovario, la detección temprana suele ser poco común, lo que lleva a que la mayoría de los diagnósticos se realicen en estadios avanzados, como los estadios III y IV.
En estas etapas, el cáncer ha superado el límite de los ovarios, extendiéndose hacia la pelvis, el abdomen o incluso a órganos más distantes, como el hígado o los pulmones, lo que complica considerablemente las opciones de tratamiento y reduce las tasas de supervivencia.
Los síntomas más comunes incluyen hinchazón abdominal, sensación de saciedad rápida al comer, pérdida de peso, molestias pélvicas, fatiga y cambios en los hábitos urinarios o intestinales. Consultar a un médico ante la aparición de estos síntomas puede ser determinante para el éxito del tratamiento.
Los factores de riesgo para desarrollar cáncer de ovario incluyen:
Edad avanzada: la mayoría de los casos de cáncer de ovario se diagnostican en mujeres mayores de 50 años.
Alteraciones genéticas hereditarias: un pequeño porcentaje de los casos de cáncer de ovario es causado por una alteración genética que se hereda. Los genes que aumentan el riesgo de cáncer de ovario incluyen el BRCA1 y el BRCA2. Estos genes también aumentan el riesgo de cáncer mamario. 5
Antecedentes familiares: tener familiares cercanos que hayan sufrido cáncer de ovario o de mama incrementa el riesgo. 5
Terapia de reemplazo hormonal: el uso prolongado de esta terapia después de la menopausia también se ha vinculado con un mayor riesgo. 5
Sobrepeso u obesidad: tener sobrepeso u obesidad aumenta el riesgo de cáncer de ovario. 5
Endometriosis: la endometriosis es un trastorno a menudo doloroso, en el que un tejido similar al que recubre el interior del útero crece fuera de él. 5
Edad en que comenzó la menstruación y edad en que terminó: que la menstruación comience a edad temprana o que la menopausia comience más tarde, o ambas situaciones, puede aumentar el riesgo de cáncer de ovario. 5
No haber estado embarazada nunca. Si nunca estuviste embarazada, podrías tener un mayor riesgo de tener cáncer de ovario.
A pesar de los avances en la investigación, la detección temprana del cáncer de ovario sigue siendo un reto. Las dos pruebas que se usan con más frecuencia (además del examen pélvico completo) para detectar el cáncer de ovario son la ecografía transvaginal (TVUS) y la prueba de sangre CA-125.5
Una alternativa de mantenimiento que ayuda a mejorar la calidad de vida de las pacientes
En la actualidad, las pacientes con cáncer de ovario tienen acceso a terapias innovadoras que no solo prolongan su vida, sino que también les permiten llevar un ciclo de vida lo más cercano posible a la normalidad.
Entre las opciones más recientes, los tratamientos de mantenimiento han cobrado especial relevancia. Algunas de estas alternativas, pueden ser administradas por vía oral, son fáciles de utilizar y están diseñadas para frenar la progresión del cáncer al bloquear mecanismos celulares específicos responsables de su crecimiento.
Este enfoque contribuye significativamente a detener la propagación de la enfermedad. Al ofrecer opciones accesibles y de sencilla administración, es posible brindar esperanza a las pacientes, mejorando tanto su calidad de vida como sus tasas de supervivencia.
Tal es el caso de Niraparib, un tratamiento innovador, desarrollado por GSK, administrado por vía oral, que fue diseñado para pacientes con cáncer de ovario que han respondido favorablemente a la quimioterapia.
Este medicamento representa un avance significativo al lograr bloquear la enzima PARP [poli (ADP-ribosa) polimerasa] – enzima que ayuda a las células a reparar su ADN– por lo que a su vez está ayudando a frenar el crecimiento y progresión de la enfermedad. Una de las mayores ventajas de Niraparib es su eficacia en una amplia gama de pacientes, aún con la presencia de mutaciones genéticas como BRCA.
En la actualidad, Niraparib se prescribe mensualmente a más de 14,000 pacientes en más de 50 países alrededor del mundo. Este tratamiento innovador también está disponible en la República Dominicana, brindando a las mujeres dominicanas una opción terapéutica eficaz y bien tolerada.
Esta incorporación no solo mejora el bienestar de las pacientes, sino que también retrasa la progresión del cáncer y ofrece un mayor control sobre la enfermedad, marcando un avance significativo en la lucha contra esta dolencia.
«Este tratamiento representa una herramienta de gran eficacia en la lucha contra el cáncer de ovario, proporcionando a nuestras pacientes la tranquilidad de contar con una opción accesible y bien tolerada. Este avance nos permite ofrecerles más tiempo y preservar su salud, con la esperanza de hacer su batalla contra el cáncer más llevadera. La disponibilidad de esta alternativa en la República Dominicana marca un paso crucial para garantizar que nuestras mujeres reciban la atención médica que merecen y necesitan», expresó el doctor Kreilin López, médico internista especializado en oncología.
A nivel colectivo, el papel de la comunidad y de las instituciones de salud pública es indispensable. Promover la educación sobre el cáncer de ovario y asegurar el acceso equitativo a servicios médicos de calidad puede mejorar significativamente las tasas de detección y tratamiento.
El compromiso de los profesionales de la salud, junto con el apoyo de gobiernos y organizaciones de la sociedad civil, es esencial para crear un entorno de atención efectiva y brindar una mejor calidad de vida a quienes enfrentan esta enfermedad.